JAEN
FORTIFICADA, ENCRUCIJADA DE CAMINOS
Su importancia radica en
encontrarse en la confluencia de rutas comerciales de intercambio que
comunicaban las tierras bajas de la campiña jiennense con el poniente
granadino. En su territorio se concentra el mayor número de castillos de
Europa. Se estiman en cuatrocientos los elementos defensivos que contiene,
aunque de ellos se conocen o conservan sólo la mitad. Definían fronteras en un sentido
polivalente, “desde poético hasta
violentamente prosaico, natural o divino, histórico o atemporal”. Constituyen los límites que
relacionan y separan unidades distintas y forman espacios de carácter
transicional, al no ser simples líneas imaginarias, estáticas e impermeables
sobre un mapa. Son límites de ruptura entre dos entidades y a su vez, áreas en
las que se establecen relaciones vitales –culturales, económicas, políticas,
sociales,….- entre las sociedades que sustentan divergencias ideológicas en
términos de identidad étnica, noción religiosa, lingüística y política.
En Alcaudete se plasma ese mismo escenario. El concepto de frontera y la necesidad de defensa y conquista del territorio, como dos caras de la misma realidad, han marcado la vida de la villa y de sus pobladores. Su paisaje es una realidad compleja “integrada por componentes naturales y culturales, tangibles e intangibles, cuya combinación configura el carácter que lo identifica como tal, por ello debe abordarse desde diferentes perspectivas”. En él se concentra un legado natural, cultural e histórico. La visibilidad de su territorio se presenta como infinita.
En Alcaudete se plasma ese mismo escenario. El concepto de frontera y la necesidad de defensa y conquista del territorio, como dos caras de la misma realidad, han marcado la vida de la villa y de sus pobladores. Su paisaje es una realidad compleja “integrada por componentes naturales y culturales, tangibles e intangibles, cuya combinación configura el carácter que lo identifica como tal, por ello debe abordarse desde diferentes perspectivas”. En él se concentra un legado natural, cultural e histórico. La visibilidad de su territorio se presenta como infinita.
La responsabilidad que implica actuar en un
ámbito con gran carga histórica y con una amplia gama de valores acumulados
como el que nos ocupa, hace de la estrategia de intervención la parte más
importante y delicada del proceso propositivo. Como no puede ser de otra
manera, el camino lo marcan las preexistencias: el diálogo permanente que
establece el castillo con el territorio o la simbiosis casi natural que surge
históricamente entre las casas-cueva y la ladera que las cobija.
Detectamos, por tanto, unas determinadas cotas que son susceptibles de brindarnos el acomodo necesario para establecer en ellas plataformas adaptadas al escarpe, donde mirar tanto al paisaje infinito del olivar como al castillo y al pueblo, al encontrarnos en cotas intermedias a ambos.
Detectamos, por tanto, unas determinadas cotas que son susceptibles de brindarnos el acomodo necesario para establecer en ellas plataformas adaptadas al escarpe, donde mirar tanto al paisaje infinito del olivar como al castillo y al pueblo, al encontrarnos en cotas intermedias a ambos.
Coautores: Irene Maclino, Fernando Garrido y Juan Carlos Herrera