CENTRO DE INTERPRETACION PATRIMONIAL. ALMERIA. 2011















FINALISTA

La ciudad histórica está inmersa desde hace varios años en un continuo proceso de renovación, valoración y saneado tanto de su caserío, como de sus edificios de especial relevancia y de sus espacios públicos. La ubicación del edificio no es una cuestión baladí, por el contrario se convierte en el hecho fundante de todos los aspectos que influyen en la concepción de éste. Situado en plena Plaza de la Constitución, se erige como pieza de cierre del gran cuerpo lanzado desde el ayuntamiento, porticado en planta baja, y recientemente intervenido. La plaza se concibe entonces a modo de plaza mayor, un espacio casi escenográfico regenerado para el centro urbano. Este es un edificio, sin embargo, de “haz y envés”, es decir, que precisa responder de dos formas diferentes en dos lados opuestos del mismo. De este modo, en la fachada que recibe al visitante, la de la plaza, se mantiene (rehabilitada) la primera crujía existente, terminando el cerramiento del ayuntamiento. Atendiendo al lindero trasero, a una cota de 4.51 metros superior a la de la plaza, el edificio se enfrenta a un límite urbano cargado de significación. Este espacio, con la Alcazaba y el sistema poliorcético (murallas) como telón de fondo, se ha visto relegado a un segundo plano al enfrentar todas las traseras del caserío al mismo. El paisaje, pues, se introduce en el edificio, convirtiéndose en el atractor principal a la hora de concebir la morfología arquetípica de éste. Un gran hueco-mirador en cada planta “musealiza” dicho paisaje, punto de partida del recorrido de los visitantes. Por último y a modo de recorrido espacial continuo, la visita culmina en las cubiertas, con vistas divididas a ambas caras: la urbana y la de la Alcazaba. Si bien a la cara de la plaza se mantiene su “tez” antigua, la cara de la ladera, la trasera, se erige con una menor altura debido a la diferencia de cota anteriormente mencionada, pero con una apariencia robusta, abstracta y clara. La concepción de volumen de menor altura, que hace de puente entre el ayuntamiento y el caserío colindante, y de carácter “pétreo” ayuda en su comportamiento climático sin duda alguna.

Coautores: Juan Carlos Herrera y Fernando Garrido